Día Internacional del Implante Coclear

Para comenzar, ¿podrías explicarnos brevemente qué es un implante coclear y cómo funciona? 

Un implante coclear es un dispositivo pensado para rehabilitar la audición de personas con pérdida auditiva severa o profunda. Este dispositivo realiza un paso simple y a la vez complejo: captar la señal acústica en el exterior del oído y convertirla en señal eléctrica para que pueda ser enviada por el nervio auditivo al cerebro. Su correcto funcionamiento en realidad depende de varios pasos. Tiene un micrófono que recoge la señal acústica, esta señal se envía a un procesador de sonido externo, donde se transforma en una señal eléctrica codificada. Mediante la antena o bobina, la señal se transmite por radiofrecuencia a través de la piel un receptor-estimulador. Finalmente, el receptor-estimulador traduce esta señal en impulsos eléctricos que se distribuyen a varios electrodos situados en la cóclea. 

Sabemos que el éxito del IC va más allá del dispositivo en sí; requiere un abordaje multidisciplinario. ¿Cuál es el papel del logopeda en este proceso?

El logopeda es el profesional que lleva las riendas de la intervención en edades pediátricas y en algunos casos se hace un acompañamiento hasta final de la educación secundaria. El logopeda, por tanto, desarrolla un vínculo más cercano, es el referente de la familia en cuanto a obtener información sobre la sordera y las expectativas en cuanto al desarrollo y, además, conoce de primera mano los motivos para que el implante coclear sea o no un éxito. Por su formación tanto clínica como educativa, es clave para ejercer de nexo entre el otorrino y la escuela. En este sentido, puede orientar sobre si la/el niña/o se siente cómoda/o con el implante coclear, si hace un buen uso o para alertar si el rendimiento no está siendo el esperado. Con las/los profesores es importante la tarea de asesoramiento, darles pautas sobre cómo dirigirse a la/el niña/o, ofrecer posibles adaptaciones si fuese necesario o saber qué pueden esperar de su rendimiento académico en función de su perfil lingüístico. Este rol de mediador también es evidente cuando son bebés y necesitan ser evaluados por profesionales diferentes al logopeda, ya sean psicopedagogas/os, audiólogas/os o profesionales que no están periódicamente con el bebé y que pueden tener dificultades para conocer si la ausencia de respuesta está relacionada con el todavía poco lenguaje o si se debe a que no ha adquirido esa habilidad o conocimiento. Es entonces cuando las observaciones diarias de carácter cualitativo por parte del logopeda son muy valiosas incluso para interpretar su comunicación no verbal.

¿A qué edad es recomendable el IC en niños/as y qué beneficios tiene su uso temprano?

Se recomienda que la edad de implantación sea antes de los 12 meses de vida. Las/os niñas/os que reciben el implante coclear a esas edades muestran un desarrollo del lenguaje similar al de sus pares con desarrollo típico. A los 12 meses un niño con desarrollo típico ya está experimentando con los sonidos, interactuando con sus padres mediante una combinación de sonidos y gestos y jugando con el lenguaje para producir sus primeras palabras, por tanto, es importante realizarlo antes del primer año de vida. Los beneficios del implante coclear no se limitan al lenguaje oral, sino que también se han observado en la adquisición de habilidades lectoras y en aspectos no puramente lingüísticos como las funciones ejecutivas o la teoría de la mente, aunque en menor medida.

En niños/as con hipoacusia congénita, el IC puede marcar la diferencia en la adquisición del lenguaje. ¿Cuáles son los principales desafíos en la rehabilitación y cómo se trabajan desde la logopedia?

Los desafíos son varios y no tan sólo deben enfocarse en las/los niñas/os. Una buena rehabilitación en casos pediátricos debe contemplar también a la familia para que el estímulo lingüístico que reciba el niño sea lo más óptimo posible. Es evidente que cualquier familia quiere lo mejor para su hija/o, pero a veces no saben qué estrategias usar con ellas/os, cómo dirigirse o simplemente no todos los padres tienen las mismas habilidades para interaccionar con sus hijas/os. Estas habilidades, aunque puedan parecer sutiles, pueden potencialmente hacer una diferencia en su desarrollo. Cada vez el logopeda es más consciente de ello e involucra a las familias en la intervención. Es clave trabajar en la sesión situaciones de rutinas diarias que sirvan para el contexto real. Lo más motivante para ellas/os es aprender en el dinamismo que ofrecen las situaciones cotidianas y ahí la familia juega un rol importante porque es difícil de replicar en una sala de logopedia. Ligado con esto, otro de los desafíos de la rehabilitación está en que sean capaces de aprender el lenguaje de manera indirecta al igual que sus pares con desarrollo típico. Actualmente, la evidencia sugiere que la pérdida auditiva afecta a la capacidad para aprender de manera incidental en contextos naturales y que estas/os niñas/os necesitan de instrucciones más directas para aprender un concepto o asociar el lenguaje con su referente. En este sentido, hay limitaciones auditivas y del propio implante coclear en las que el logopeda poco puede hacer, pero esta capacidad para aprender de manera indirecta puede estar relacionada con la capacidad lingüística y habilidades de tipo cognitivo en las que se debe hacer hincapié. 

En el caso de adultos que reciben un IC, ¿qué desafíos pueden enfrentar y cómo se trabaja con ellos en la terapia logopédica?

Este es un tema muy interesante porque, si bien la utilidad del IC se enfoca normalmente en edades pediátricas, la opción de la implantación en la edad adulta es cada vez más frecuente. Los desafíos son muy diferentes porque, a diferencia de aquellos casos con sordera congénita, ya hay un lenguaje consolidado y, por tanto, la tarea del logopeda no se centraría en el desarrollo del lenguaje. Sin embargo, la atención logopédica no deja de ser importante ya que de ella depende la percepción del habla y la capacidad de comprender el lenguaje. Para este trabajo se hace un andamiaje desde las habilidades perceptivas más básicas a la percepción del lenguaje en situaciones naturales. Son precisamente estas situaciones naturales las que pueden ofrecer un mayor desafío. Sabemos que las/los usuarias/os de implante coclear tienen dificultades en contextos en los que existe ruido de fondo, con varios interlocutores a la vez o con interlocutores no familiares. Se ha encontrado que, ante personas no familiares, por ejemplo, pueden optar por monopolizar la conversación para intentar controlarla. El logopeda puede entrenar a estas/os usuarias/os de implantes cocleares a percibir el habla en situaciones de ruido, diferentes ritmos y tasas de habla, diferentes tonos y prosodias, y también a usar estrategias comunicativas ante situaciones que pueden ser complejas. Estas estrategias pueden ser simplemente enseñarles a preguntar o pedir aclaraciones durante las conversaciones.

Para finalizar, ¿qué mensaje le daría a la sociedad sobre la importancia del IC y la concienciación en torno a la pérdida auditiva?

Tengo la sensación de que la sociedad tiene poco conocimiento sobre el implante coclear. Cuando explico a personas que no son logopedas que mis investigaciones se centran en personas con pérdida auditiva, frecuentemente piensan que investigo a personas con audífonos o personas que no pueden acceder al input auditivo. Creo que, para aquella parte de la sociedad que no está familiarizada con la pérdida auditiva, es necesario difundir todavía qué es el implante coclear y qué significa para las personas que lo usan. A la sociedad le diría que la pérdida auditiva actualmente se vive de manera diversa y una de estas maneras es con el implante coclear. Les diría que no es un dispositivo milagroso ya que necesita de otros ingredientes como la participación de la familia y la ayuda logopédica para que sea efectivo. Cuando estos ingredientes están presentes, se convierte en uno de los avances científicos y médicos más importantes recientes porque permite a sus usuarias/os tener la mejor calidad de vida posible y una mayor inclusión en la sociedad eliminando barreras comunicativas.