Día Mundial de la Disfagia 2024
Visibilizar la disfagia para transformar vidas
Se estima que en España la disfagia afecta a 2.5 millones de personas. El 90% de ellas, sin embargo, no está diagnosticada, por lo que no recibe un tratamiento adecuado (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, 2023).
El término disfagia proviene del prefijo griego antiguo dys, que significa alterado, y del verbo phagein, que significa comer. El significado literal del término, por tanto, es una alteración en el comer que se traduce en la dificultad para deglutir alimentos sólidos, líquidos o incluso la propia saliva. Al ser la deglución un proceso complejo en el que participan varios músculos y nervios, cualquier afección que los altere puede causar disfagia. Entre sus consecuencias se incluyen: desnutrición y deshidratación, neumonía por aspiración, deterioro general de la salud, enfermedad pulmonar crónica, asfixia e incluso la muerte (Alcalde y Rodríguez, 2020).
Existen diferentes formas de clasificar la disfagia. Según su localización, se distinguen dos tipos principales: la disfagia orofaríngea y la disfagia esofágica. La disfagia orofaríngea se refiere a la dificultad para trasladar los alimentos desde la boca hasta la garganta o el esófago, mientras que la disfagia esofágica implica problemas para transportar los alimentos a través del esófago. De estas, la disfagia orofaríngea es la más frecuente y su prevalencia en la población es comparable a la del trastorno metabólico más común: la diabetes mellitus (Warnecke et al., 2021).
Aunque puede presentarse a cualquier edad, incluidos los recién nacidos, se trata de una alteración que es significativamente más frecuente a partir de los 65 años, debido al deterioro asociado al envejecimiento y a ciertas enfermedades: su presencia en este grupo etario se estima en torno al 13% de la población. Otros factores que aumentan el riesgo de padecerla son los trastornos neurológicos como accidentes cerebrovasculares, demencia, el parkinson o enfermedades neuromusculares. De hecho, las tasas más altas de disfagia orofaríngea se observan en pacientes mayores con enfermedades neurológicas (Warnecke et al., 2021).
Con el envejecimiento de la población y el incremento de enfermedades neurodegenerativas, la prevalencia de la disfagia orofaríngea ha mostrado un aumento constante en todo el mundo, especialmente en las llamadas sociedades envejecidas (Clavé y Shaker, 2015; Dziewas et al., 2017; Wirth et al., 2016). Esta tendencia, además, se espera que continúe en los próximos años, dado el creciente impacto de estos factores demográficos y de salud.
Detectar y tratar la disfagia de manera temprana es fundamental para evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Para un adecuado diagnóstico y tratamiento de la disfagia, es imprescindible un abordaje multidisciplinar. En este escenario, las y los logopedas son profesionales fundamentales en la prevención, evaluación y tratamiento de la disfagia.
Entre las funciones de las y los logopedas está el asesoramiento y guía de las personas afectadas durante el proceso de alimentación oral, con el fin de reducir el riesgo de aspiraciones. También, la detección temprana de esta condición, así como la capacitación de equipos interdisciplinarios para brindarles herramientas de evaluación basadas en evidencia científica. Por último, el diseño de planes terapéuticos personalizados, con el objetivo de minimizar el impacto de la disfagia en la calidad de vida de quienes están afectados y de sus familias.
Desde el CGCL reafirmamos la importancia de visibilizar la disfagia para transformar la vida de quienes la padecen. Creemos que dar a conocer esta condición es clave para favorecer un diagnóstico temprano y una intervención adecuada, abriendo camino a mejores oportunidades de recuperación y calidad de vida.
Referencias
Alcalde, S. y Rodríguez, R. (2020). Guía de disfagia: Manejo de la disfagia en AP. Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria SEMERGEN. https://semergen.es/files/docs/grupos/digestivo/manejo-disfagia-ap.pdf
Bleeckx, D. (2004). Disfagia: Evaluación y reeducación de los trastornos de la deglución. Mc Graw Hill Interamericana.
Clavé, P., & Shaker, R. (2015). Dysphagia: current reality and scope of the problem. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, 12(5), 259-270. https://doi.org/10.1038/nrgastro.2015.49
Consejo General de Colegios de Logopedas. (12 de diciembre de 2022). El logopeda, figura clave en el manejo de la disfagia. https://www.consejologopedas.es/articulos/el-logopeda-figura-clave-en-el-manejo-de-la-disfagia
Dziewas, R., Beck, A. M., Clave, P., Hamdy, S., Heppner, H. J., Langmore, S. E., ... & Wirth, R. (2017). Recognizing the importance of dysphagia: stumbling blocks and stepping stones in the twenty-first century. Dysphagia, 32, 78-82. https://doi.org/10.1007/s00455-016-9746-2
Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello SEORL-CCC. (12 de diciembre de 2023). 2,5 millones de españoles sufren disfagia y el 90% no están diagnosticados. https://seorl.net/25-millones-de-espanoles-sufren-disfagia-y-el-90-no-estan-diagnosticados/
Warnecke, T., Dziewas, R., & Langmore, S. (2021). Neurogenic Dysphagia (1st ed.). Springer International Publishing AG. https://doi.org/10.1007/978-3-030-42140-3
Wirth, R., Dziewas, R., Beck, A. M., Clave, P., Hamdy, S., Heppner, H. J., ... & Volkert, D. (2016). Oropharyngeal dysphagia in older persons–from pathophysiology to adequate intervention: a review and summary of an international expert meeting. Clinical interventions in aging, 189-208. https://doi.org/10.2147/CIA.S97481