Los logopedas defienden la importancia de su trabajo en los geriátricos y piden al Gobierno vasco que incluya este perfil profesional en el nuevo decreto de residencias para personas mayores
- El Colegio de Logopedas del País Vasco ha destacado que son profesionales sanitarios que evalúan y tratan los trastornos de la comunicación, que afectan a un 98% de los residentes en geriátricos.
- Proponen un plan para detectar, prevenir y paliar la disfagia orofaríngea (dificultad para tragar), que sufre hasta un 55,3% de los ancianos que viven en residencias y que puede conllevar hasta la muerte por atragantamiento e infecciones respiratorias.
- Ante el progresivo envejecimiento de la población vasca, han reivindicado el papel fundamental que juegan para diagnosticar y tratar trastornos de la deglución en enfermos y para formar a cuidadores y familiares de los afectados.
Bilbao, 20 de julio de 2017.- Los trastornos de la deglución y de la comunicación son algunos de los problemas más frecuentes en la vejez. Disminuyen la calidad de vida de los pacientes y llevan en muchas ocasiones a problemas importantes como malnutrición e infecciones respiratorias que deterioran la salud de los ancianos. Estas complicaciones pueden incluso acabar con la vida de los pacientes. La función de los logopedas es fundamental para evitar estos problemas. El trabajo directo de estos profesionales sanitarios con los ancianos de los geriátricos y con sus cuidadores resulta vital para mejorar la atención a las personas mayores y prevenir y tratar las dificultades comunicativas y de deglución que afectan especialmente a los mayores de 65 años. Así lo han explicado hoy en rueda de prensa el presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco, Antonio Clemente, y la Doctora Gemma Garmendia, del Hospital Quirón Salud de Donostia y especialista en el diagnóstico y tratamiento de la disfagia orofaríngea. Ambos, en representación de los colegiados vascos, han reclamado que los logopedas sean incluidos dentro de los perfiles profesionales requeridos en los geriátricos vascos.
Su petición llega tras conocerse el reciente borrador de “Decreto de Centros Residenciales para Personas Mayores en el ámbito de la Comunidad Autónoma del País Vasco”, elaborado por el Gobierno Vasco y en el que los logopedas no figuran dentro del cuerpo de profesionales necesarios de los geriátricos públicos y privados. En nombre de todos los colegiados, Antonio Clemente, presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco, ha solicitado al Ejecutivo de Lakua que modifique el borrador del nuevo decreto y les incorpore dentro del personal necesario para que puedan prevenir y tratar los numerosos problemas de la comunicación y de la deglución que sufren las personas mayores. Clemente ha destacado que “una comunicación efectiva es crucial para la calidad de vida de las personas”, tanto para aquellas que en su vejez viven de forma autónoma como aquellas que viven en residencias. Sin embargo y como ha asegurado el presidente de los logopedas vascos, el 98% de los residentes en geriátricos tienen dificultades para comunicarse.
Envejecimiento y comunicación
La labor de los logopedas es también cada vez más necesaria por el progresivo envejecimiento de la población vasca. Según datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), el 20,7% de la población de Euskadi ya ha cumplido 65 años, frente al 18,2% de media estatal. Por provincias, el envejecimiento es especialmente notorio en Bizkaia, con 21,22% de sus habitantes mayores de 65 años, un poco por delante de Gipuzkoa (20,62% ) y más lejos de Álava (19,02%).
En lo que respecta a los municipios, de los 251 que hay en la CAV, 91 superan la media vasca del 20,7% de mayores de 65 años con Bilbao a la cabeza, con un porcentaje de 23% perteneciente a la tercera edad, seguido de San Sebastián y Barakaldo, con porcentajes del 22,2% y 21,7%, respectivamente.
Aunque el trabajo de los logopedas se asocia muchas veces con los niños, estos profesionales sanitarios atienden a personas de todas las edades y su trabajo resulta especialmente necesario en los mayores que, por su edad, sufren enfermedades que afectan en gran medida a su capacidad para comunicarse. A medida que cumplimos años, la voz, el habla, la audición y la deglución de las personas envejecen también, pero además aumentan significativamente las posibilidades de padecer un accidente cerebrovascular, demencia senil o enfermedad de Parkinson.
Más de 19.000 vascos padecen daño cerebral adquirido, un número que aumenta cada año en cerca de 6.000 nuevos casos. El ictus es en un 95% de los casos el causante de este daño cerebral que provoca en los pacientes discapacidades y dificultades para moverse, pero también problemas para comunicarse y para tragar.
Dificultad para tragar
La vejez se asocia inevitablemente a la disfagia orofaríngea (dificultad para tragar), uno de los síndromes geriátricos menos conocido, a pesar de su enorme impacto en la salud de los afectados. En su estadio menos grave, se manifiesta con el rechazo por parte del anciano a determinados alimentos. Paulatinamente van apareciendo otros síntomas como tos con la ingesta de líquidos e incluso pequeños picos de fiebre. Si la disfagia orofaríngea no es detectada y tratada, surgen complicaciones más graves como neumonías aspirativas y atragantamientos. La malnutrición y deshidratación derivadas de estas situaciones aumentan la capacidad de los pacientes para desarrollar otras enfermedades, haciéndolos frágiles y vulnerables a infecciones y enfermedades.
“El logopeda es uno de los profesionales clave para prevenir este problema”, ha asegurado hoy la doctora Gemma Garmendia, otorrinolaringóloga, logopeda colegiada y experta en disfagia orofaríngea. Un estudio realizado en Barcelona en 2011 cifraba en un 15% las personas mayores de 65 años que sufren disfagia, porcentaje que aumenta hasta un 40% entre los residentes en geriátricos. Otro estudio del mismo año realizado en Madrid estima que el 55,3% de los ancianos que vive en residencias tiene dificultades para tragar.
“Ante estas cifras debemos actuar en consecuencia. No podemos permitir que nuestros mayores padezcan las consecuencias de la disfagia orofaríngea”, ha defendido Garmendia, quien ha añadido que “es de vital importancia que las residencias geriátricas cuenten con logopedas en el equipo de atención a los mayores, porque es el profesional idóneo para detectar, evaluar y tratar la disfagia”.
Osakidetza trata este problema y cuenta con unidades de disfagia en los tres territorios. Igualmente, incluye la prevención y atención a este problema en su protocolo de actuación con pacientes que han sufrido ictus. Sin embargo, no hay un protocolo generalizado y estandarizado incluido dentro del plan de atención a los ancianos para las residencias de Euskadi. Por ello, el Colegio de Logopedas del País Vasco propone un plan de detección, prevención y tratamiento de disfagia orofaríngea en las residencias geriátricas, en el que la intervención de los logopedas resulta fundamental.
Atención a cuidadores y familiares
Desde hace 25 años, la logopedia es un grado universitario, una profesión sanitaria especializada en la prevención, detección y tratamiento de los trastornos del lenguaje, la comunicación y la deglución. Se encarga de garantizar una comunicación efectiva y una deglución eficaz y segura, dos funciones que son claves para nuestra calidad de vida.
Además de la atención que pueden brindar a los ancianos de las residencias geriátricas, el trabajo del logopeda beneficia además a los cuidadores de los geriátricos y a las familias de los residentes. El logopeda se encarga de dar formación a los familiares para que puedan comunicarse mejor con el enfermo y también de enseñarles pautas que les ayuden a detectar un empeoramiento y dar la voz de alarma para prevenir males mayores.
El trabajo del logopeda permite también a los cuidadores comunicarse mejor con los residentes, disminuyendo el nivel de estrés que para ambos supone la falta de intercomunicación. Y a la vez, pueden disponer de unas pautas y recomendaciones de alimentación individualizadas que facilitarán su labor.
Entre las patologías que pueden tratar o paliar el logopeda están la afasia (dificultades de comunicación oral, escrita y mímica por lesiones cerebrales), la disartria (imposibilidad de articular sonidos por una parálisis de los nervios de los órganos fonatorios) o la disglosia (trastorno que impide la articulación de fonemas por alteraciones anatómicas o fisiológicas). Su función es primordial para evaluar quiénes necesitan intervención específica, pero al mismo tiempo beneficia al conjunto de los residentes, pues trabajan la estimulación del lenguaje oral y escrito de todas las personas que viven en el geriátrico, facilitando así la integración y fomentando las relaciones sociales, también importantes en la vejez.